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Concepción Arenal en su aniversario

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María Paz García Rubio





A DÍA de hoy serán muy pocos los lectores que ignoren que estamos en el año en el que se cumple el segundo centenario del nacimiento de Concepción Arenal. En concreto, el pasado viernes, 31 de enero se conmemoró la fecha exacta de su llegada a un mundo muy distinto del que ahora tenemos, un mundo cuya evolución, en lo positivo, se debe en buena medida a la contribución personal de figuras señeras como la de la pensadora ferrolana.





Concepción Arenal fue una mujer extraordinaria; probablemente, sus escritos recogen las mejores ideas y las propuestas más avanzadas de su tiempo, algunas de las cuales encuentran perfecto reflejo y paralelismo casi dos siglos después de que ella las expresara; el supremo valor de la educación para el progreso del ser humano y de la sociedad, el compromiso con los más desfavorecidos, sus propuestas reformistas de cárceles, escuelas, hospitales o viviendas para los obreros, son algunas de las cuestiones que le preocuparon en distintos momentos de su vida y que, con las necesarias adaptaciones, siguen estando hoy de plena actualidad.





Su personalidad, poco propensa al exhibicionismo y los oropeles que tanto gustaban a otros insignes personajes de la época, sus muchos sinsabores vitales, sus dolores físicos y espirituales, que la tuvieron gran parte de su vida retirada de los lugares donde residía el brillo social y, por supuesto, su condición de mujer, por lo demás rebelde y radicalmente distinta del ideal femenino de la época, explican que sin ser una perfecta desconocida, que ni mucho menos lo es, no haya sido reconocida por la historia con la intensidad y el interés que la grandeza del personaje merece.





Es precisamente por esto por lo que la iniciativa de la Universidade de Santiago de Compostela que, con el apoyo de varias instituciones de Galicia, ha declarado 2020 como el año Concepción Arenal, llenándolo de variadas y atractivas actividades destinadas a que todos la conozcamos mejor, es una gran noticia que debemos celebrar.





Pero nada se hace sin que lo muevan unas pocas personas que dedican tiempo y esfuerzo a causas que a todos favorecen y que a todos nos mejoran; en este caso, lo hacen a través de la divulgación de la vida y la obra de una gran mujer, cuyo pensamiento, sin duda, nos enriquece.





Por ello permítanme que muestre aquí algunos agradecimientos: a Anna Caballé, biógrafa de Concepción Arenal y probablemente quien mejor la conoce, como nos demostró en su conferencia en el Ateneo; a Manuela Carmena, con seguridad su mejor divulgadora por su humanidad y cercanía, sobre todo con los más jóvenes, como también puso en evidencia en la charla impartida en la Faculta de Derecho; a Mar Lorenzo, que desde su responsabilidad institucional como vicerrectora convertirá sin duda en un gran logro lo que todavía son a día de hoy retos, y, finalmente, a Alba Nogueira, que estuvo en el origen de la idea del año Concepción Arenal y que la sustenta todos los días. La historia, aunque sea la pequeña historia, también la escriben las mujeres.





Catedrática de Derecho Civil en la USC





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